El índice de masa corporal (IMC) es una medida internacional utilizada para calcular si una persona se encuentra en su peso ideal. Se calcula dividiendo el peso de una persona (en kg) por su estatura al cuadrado (en metros).
Desarrollado por Lambert Adolphe Jacques Quételet a finales del siglo XIX, el índice se considera un método fácil y rápido para evaluar los niveles de grasa y es un predictor internacional de la obesidad adoptado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, un comité internacional de científicos propone ahora una nueva forma de diagnosticar la obesidad, basada en la grasa corporal, así como dos categorías de clasificación: obesidad clínica y obesidad preclínica.
EL ÍNDICE DE MASA CORPORAL (IMC) NO SIRVE
— Ismael Galancho (@IsmaelGalancho) May 1, 2024
- Se calcula que el uso del IMC para determinar la obesidad puede clasificar erróneamente hasta 50% o más de los pacientes con exceso de #grasa corporal que pueden tener un mayor riesgo para la salud pic.twitter.com/xggofn6Eax
La nueva propuesta se publicó en The Lancet Diabetes & Endocrinology hace unos días, y hasta cuenta con el apoyo de 75 organizaciones médicas de todo el mundo.
Los investigadores proponen una nueva medida que utilice mediciones de la grasa corporal y signos y síntomas objetivos de problemas de salud, además del IMC. Según ellos, esta definición de obesidad sería universal y clínicamente relevante, un método más preciso para diagnosticar la afección.
El objetivo del artículo es abordar las limitaciones de la definición de IMC y del diagnóstico tradicional de obesidad, que dificultan la práctica clínica y las políticas sanitarias, lo que provoca que las personas con obesidad no reciban el tratamiento adecuado y necesario.
Los científicos subrayan que el IMC no es una medida directa de la grasa, no refleja su distribución por el cuerpo y no proporciona información sobre la salud y la enfermedad a nivel individual. Por este motivo, recomiendan que el nuevo diagnóstico de obesidad no se base únicamente en el IMC, sino que tenga en cuenta uno de los siguientes métodos (además del IMC).
Ricardo Cohen, coautor de la investigación, comentó en un comunicado de prensa que el IMC no es suficiente para diagnosticar la obesidad. «El IMC simplemente nos dice si un individuo es corpulento o no, calculando el peso por la altura al cuadrado y eso es todo. No define dónde se deposita la grasa, no nos dice la medida directa de cuánta grasa tiene ese individuo y, fundamentalmente, no determina si tiene una enfermedad o no», explicó.
La propuesta de los investigadores también sugiere dos nuevas categorías de obesidad: clínica y preclínica.
Debe considerarse que las personas con obesidad clínica padecen una enfermedad crónica en curso. Y conviene subrayar que la obesidad preclínica no significa que la persona vaya a desarrollar obesidad en el futuro, sino que tiene un riesgo mayor.
Redefiniendo la obesidad:
— Oscar Arias (@OACerebro) January 15, 2025
️ El IMC NO es una medida directa de la grasa.
️ El IMC NO establece la distribución de la grasa.
El IMC NO puede determinar si el exceso de grasa es un problema de salud.https://t.co/ElRq867gTR pic.twitter.com/6KqS8eif2o
Esta distinción entre las dos formas de obesidad puede ayudar a establecer protocolos de tratamiento más eficaces con los recursos actualmente disponibles, mejorando la calidad de vida de las personas que viven con ella.
Definition and diagnostic criteria of clinical obesity Rubino, sco et al.The Lancet Diabetes & Endocrinology, Volume 0, Issue 0