En las últimas décadas, el crecimiento urbano ha modificado drásticamente nuestro estilo de vida. La mayor dependencia de dispositivos electrónicos, el aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados y la falta de actividad física han generado consecuencias negativas para la salud.
Dentro de estas problemáticas, la obesidad abdominal se ha convertido en una preocupación global debido a su fuerte asociación con enfermedades metabólicas y cardiovasculares. ¿Puede el entorno ayudarnos con este problema?
El exceso de grasa en la región abdominal no es solo una cuestión estética, sino un indicador de riesgo para padecer enfermedades como la diabetes tipo 2, hipertensión arterial y problemas cardíacos. A pesar de los esfuerzos individuales por mejorar la salud a través de la dieta y el ejercicio, el entorno también desempeña un papel fundamental en la prevención de esta condición.
Un estudio publicado en Public Health Reviews ha revelado que vivir cerca de parques y espacios verdes puede reducir significativamente la probabilidad de desarrollar obesidad abdominal. Según los investigadores, aquellos adultos que residen en zonas con mayor vegetación urbana tienen hasta un 20% menos de probabilidades de presentar una acumulación excesiva de grasa en la cintura en comparación con quienes viven en áreas con menos espacios naturales.
La relación entre el entorno urbano y la obesidad abdominal se debe, en gran parte, a que las zonas con vegetación promueven un estilo de vida más activo. Los parques y senderos arbolados fomentan el ejercicio al ofrecer lugares agradables para caminar, trotar o andar en bicicleta. Asimismo, permiten que las personas incorporen actividad física de manera más natural en su rutina diaria, lo que ayuda a reducir la acumulación de grasa en el abdomen.
Además, estos beneficios no afectan por igual a todos los grupos demográficos. El estudio destacó que las mujeres y las personas de bajos ingresos son quienes más se benefician de vivir cerca de espacios verdes.
En el caso de las mujeres, se ha observado que caminan más que los hombres y prefieren actividades menos intensas, como paseos al aire libre. Por su parte, las personas de menor nivel socioeconómico suelen depender más del transporte público y de la movilidad a pie, lo que incrementa la actividad física incidental.
La urbanización acelerada ha reducido los espacios naturales en muchas ciudades del mundo, lo que ha tenido un impacto negativo en la salud de sus habitantes. Sin embargo, los hallazgos de este estudio refuerzan la importancia de incorporar más áreas verdes en la planificación urbana. Invertir en parques, jardines y corredores ecológicos no solo embellece el paisaje, sino que también contribuye a la prevención de enfermedades crónicas y a la promoción de un estilo de vida más saludable.
Vivir cerca de espacios verdes podría ser una estrategia eficaz para reducir la obesidad abdominal y mejorar la salud pública en general. A medida que las ciudades continúan creciendo, es fundamental que los responsables de la planificación urbana consideren la creación de entornos más saludables, donde el a la naturaleza sea una prioridad para todos los ciudadanos.
Marcilla-Toribio, Irene, et al. Febrero 2025. Surrounding Residential Greenness and Health: Associations With Abdominal Obesity and Dyslipidemia. A Meta-Analysis of Cross-Sectional Studies. Public Health Reviews.