Quizá no tenga nada extraordinario, pero sí algo interesante. La ora pro nobis (Pereskia aculeata) es una planta trepadora de la familia de los cactus, originaria de América del Sur, especialmente de Brasil. A diferencia de los cactus más conocidos, tiene hojas verdes y carnosas que son comestibles y ricas en proteínas, además de contener fibra y minerales.
Su apodo se debe a su perfil nutricional: tiene una cantidad de proteínas superior a muchas otras verduras, aunque desde luego no sustituye a la carne ni tiene propiedades mágicas.
Se ha utilizado tradicionalmente en la cocina y en la medicina popular, y su nombre en latín, que significa "Ruega por nosotros", podría estar relacionado con su uso en comunidades religiosas o con su resistencia en tiempos de escasez.
A estas alturas, la idea de que "necesitamos carne para obtener proteínas de calidad" debería estar más que desterrada. No existe tal cosa como proteínas de mejor o peor calidad, sino proteínas con perfiles de aminoácidos distintos.
No es necesario obsesionarse con la "complementación" de alimentos en la misma comida, como se decía antes con el arroz y las legumbres. Si llevamos una alimentación variada, obtenemos todos los aminoácidos necesarios sin problema.
La ora pro nobis es una buena fuente de proteínas dentro del reino vegetal, pero no es la única opción ni una solución milagrosa. Las legumbres, los frutos secos, los cereales integrales y muchas otras plantas contienen proteínas que, combinadas en el día a día, nos aportan lo que necesitamos.
Volviendo a nuestro protagonista, la ora pro nobis se puede aprovechar de varias formas:
Si bien la carne es una fuente de proteínas, no es la única ni la imprescindible. Existen múltiples alimentos de origen vegetal y animal que nos aportan proteínas de calidad:
Lo importante es recordar que no necesitamos centrarnos en un solo alimento, sino en la combinación de distintos productos para obtener todos los nutrientes necesarios.
Es importante insistir en esto: la ora pro nobis es una opción más, no un ingrediente milagroso. No te va a curar enfermedades ni a convertirte en un atleta de élite. Consumirla puede ser una buena forma de diversificar la dieta y aprovechar sus beneficios nutricionales, pero no es un sustituto absoluto de nada.
Lo mismo pasa con la quinoa, la soja o cualquier otro alimento que de repente aparece como la panacea de la alimentación. La clave siempre está en la variedad.
No hace falta basar la dieta en un único producto ni buscar el alimento "perfecto", porque eso no existe. Así que si quieres probar la ora pro nobis, adelante. Pero recuerda que es solo una pieza más dentro de un puzle mucho más grande: el de una alimentación equilibrada y sin mitos.