El verano astronómico va tocando a su fin, nos acercamos al equinoccio de otoño, que este año será el día 23 y la nueva estación durará 89 días y 20 horas hasta el 21 de diciembre.
Aunque las horas de Sol continúan disminuyendo, entre el inicio y el final del mes se perderán 76 minutos de luz solar: “por san Gil (día 1), enciende tu candil”, y la elevación del astro rey bajará otros 11º. La inercia meteorológica hace que este mes, en especial la primera quincena, sea todavía auténticamente estival, sobre todo en la mitad sur peninsular.
Los movimientos migratorios de las aves realizados a finales del verano o principio del otoño son los postnupciales u otoñales, siendo uno de los más significativos el de la golondrina, observándose aves en migración hasta bien entrado septiembre.
En el campo se realiza la recolección de frutas (melón, sandía, uvas, higos, membrillo, etc.) y se organizan fiestas para celebrar la finalización de la cosecha: “septiembre es frutero, alegre y festero”. Estamos en plena vendimia, “septiembre el vendimiador, corta los racimos de dos en dos”, aunque en algunas zonas peninsulares se adelantó al mes anterior. También es el momento de recoger la miel de las colmenas: “por san Miguel (29), los higos saben a miel”.
La variabilidad de este mes es muy grande, se empiezan a romper los bloqueos anticiclónicos de verano, dando paso a algunos frentes nubosos, con precipitaciones, más abundantes en la vertiente cantábrica. También se pueden descolgar embolsamientos de aire frío en altura, son las DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), que pueden provocar grandes precipitaciones e incluso inundaciones y que son muy temidas en el área mediterránea: “septiembre, o lleva los puentes o seca las fuentes”.
A mediados de mes, con la llegada de vientos más frescos, el aumento de las horas nocturnas y las precipitaciones, “la otoñada verdadera, por San Mateo (21) las aguas primeras”, las temperaturas mínimas van descendiendo y las madrugadas pueden ser más frías. “Septiembre: más que septiembre, se tiemble”.
Si Septiembre se desarrolla como debiera, tras esas primeras irrupciones frías a fin de mes el tiempo vuelve a estabilizarse, con cielos despejados y subida de las temperaturas, es el veranillo de san Miguel: “el verano de San Miguel, faltará muy rara vez”.
Pero visto como andan las cosas, y lo imprevisible de este mes, también nos podemos encontrar con un retraso en la llegada del cambio atmosférico, manteniéndose las temperaturas elevadas, “cigarra que al quince avanza, nos indica gran bonanza”, y el tiempo seco, “del uno al quince lluvia copiosa, para todo peligrosa” y tener un final de mes muy revuelto. “Por San Vicente (día 27) todo el agua es simiente”.