Científicos del Imperial College de Londres han descubierto que los insectos no se acerc a la luz porque se sientan atraídos por el brillo, sino porque la luz interfiere en la parte del cerebro de los insectos que les ayuda a volar.
Hasta ahora se pensaba que los insectos utilizaban la luz de la Luna para ver por donde iban y se sentían atraídos por las luces artificiales porque la confundían con nuestro satélite natural. Sin embargo, esto no explica por qué los insectos que sólo vuelan de día también actúan así.
Los resultados de un estudio realizado por investigadores del Imperial College sugieren que "las luces artificiales pueden simplemente atrapar a los insectos que pasan, en lugar de atraerlos directamente desde más lejos".
Los investigadores grabaron a una serie de insectos por la noche, utilizando una cámara de alta velocidad para seguir sus movimientos alrededor de las luces. Durante el experimento, se dieron cuenta de tres cosas:
En los tres comportamientos que registraron los científicos, había algo común en todos ellos: los insectos siempre estaban de espaldas a las luces. Por esta razón, los investigadores creen que las luces artificiales desencadenan lo que se denomina la respuesta de contraluz, que es esencialmente una forma rápida que tienen los insectos de averiguar qué camino es hacia arriba, porque incluso de noche, la mitad más brillante de su campo de visión es probable que esté mirando hacia arriba y tal vez por eso las luces artificiales pueden confundir a los insectos.
Para probar su teoría, los científicos utilizaron una simulación por ordenador para predecir qué ocurriría con los insectos virtuales si se interfiriera en su respuesta a la luz dorsal. En esta simulación, todos los insectos virtuales se comportaron exactamente igual que los insectos grabados por la cámara.
El estudio se centró únicamente en insectos que interactuaban con la luz a pocos metros de distancia, por lo que no se puede afirmar con certeza que no exista atracción por la luz a grandes distancias, aunque no se cree que sea así.
Las luces artificiales pueden ser bastante perjudiciales para los insectos y algunos creen que están contribuyendo al declive de las poblaciones de ciertas especies, por lo que los científicos esperan que su investigación pueda ayudar en este asunto.