Una nueva orden ejecutiva de Donald Trump ahonda en el desmantelamiento de políticas ambientales puestas en marcha hace una década para frenar la contaminación producida por plásticos.
Con su decisión de reinstaurar el uso de pajitas de plástico en edificios federales, el presidente de Estados Unidos prioriza en la funcionalidad y costos frente a los esfuerzos de conservación y reducción de residuos no biodegradables.
Aunque, en comparación con otras medidas adoptadas recientemente por la istración Trump, esta no tendrá un impacto ecológico tan significativo, se trata de toda una declaración de intenciones que despeja el camino a Estados y empresas para levantar la actual prohibición de la dispensación de pajitas plásticas.
Se encuentran veintiséis pajitas de plástico en las heces de una tortuga verde que se salvó en Argentina después de enredarse en una red de pesca. Las imágenes de rayos X revelaron que el tracto digestivo del animal estaba obstruido con plástico pic.twitter.com/KAR9IbCdut
— Luis Vargas (@Meteovargas) January 27, 2020
Y eso sí resulta preocupante, porque, cada día, los estadounidenses usan y se deshacen de 500 millones de pajitas.
Durante la istración del expresidente Joe Biden, en Estados Unidos, como en otros países occidentales, se implementaron políticas destinadas a reducir gradualmente el uso de plásticos de un solo uso. El objetivo era eliminarlos por completo en las agencias gubernamentales para 2035.
En el caso de las pajitas, es cierto que representan un pequeño porcentaje de los desechos plásticos, pero su sustitución por las biodegradables se ha convertido en un símbolo de la concienciación social en lucha contra la contaminación.
Un decreto presidencial para dejar la "ridiculez" de las pajitas de papel y volver a las de plástico. Debe ser por lo lindo y colorido que se ve el planeta. https://t.co/2ctDJgjczH pic.twitter.com/8hkjE9v0ch
— Roberto Arancibia (@RobertoA) February 7, 2025
Sin embargo, con la llegada de Trump al poder, se ha producido un cambio de dirección en las políticas que buscan mitigar la contaminación ambiental y promover prácticas más sostenibles.
Un giro que desincentiva los esfuerzos globales para reducir el consumo de plásticos de un solo uso.
La orden ejecutiva de Trump señala las supuestas desventajas de las pajitas de papel en comparación con las de plástico. Concretamente, el documento apunta a que ��no son funcionales, utilizan químicos que pueden conllevar riesgos para la salud humana, son más caras de producir y a menudo obligan a los s a usar varias".
President @realDonaldTrump signs an Executive Order to go back to PLASTIC STRAWS! pic.twitter.com/rhfu3j8U5t
— Margo Martin (@MargoMartin47) February 10, 2025
Además, argumenta que las pajitas de papel “a veces vienen envueltas individualmente en plástico, lo que socava el argumento ambiental que justifica su uso".
Por todo ello, Trump ha calificado la campaña contra las pajitas de plástico como "irracional" y ha decidido poner fin al "uso forzado" de las de papel en edificios federales. Un gesto que también se interpreta como un apoyo a la industria del petróleo y el plástico, sectores que se benefician de la producción de estos materiales.
O, lo que es lo mismo, fortalecer la economía basada en combustibles fósiles, en contraposición a las iniciativas que promueven alternativas más sostenibles y menos contaminantes.
En los últimos años, muchos países han promovido alternativas más sostenibles, como las de papel, bambú o acero inoxidable, a las pajitas de plástico, contaminantes principalmente por estos motivos.
El PLÁSTICO es PETRÓLEO y MATA
Isaac Vega (@isaacBIOvega) February 13, 2025
Perfora Baby, Perfora
Donald Trump firma un decreto para resucitar a las pajitas de #plástico porque no son peligrosas y prohibirlas es una estupidez de los progres del woke
¿Qué PENSARÁ esta TORTUGA MARINA? ️pic.twitter.com/23KOegIkqh
Nada de esto se ha tenido en cuenta en la orden ejecutiva de Trump, que no sólo obliga a las agencias federales a dejar de abastecerse de pajitas de papel, sino que pide que se elabore una “estrategia nacional” en un plazo de 45 días para acabar con ellas.