No dejas de verlo es redes sociales, parece tan fácil: coges leche fresca, calientas, echas limón (o cuajo), remueves y… ¡tachán! Magia. Tu propia bolita de queso casero. Pero entonces aparece el no invitado: el suero lácteo. Y aquí empiezan los problemas.
Cuando haces queso, lo que estás haciendo es separar la caseína (la proteína principal de la leche) y la grasa del resto de los componentes. El suero es lo que queda: una mezcla de agua, lactosa, minerales, proteínas solubles y un poco de grasa. Parece inocente, ¿verdad? Pues no lo es tanto. En un litro de leche pueden salir unos 100 gramos de queso... y más de 900 ml de suero.
Es decir, por cada bolita de ricotta que haces, generas casi una botella de algo que no sabes muy bien qué hacer con ello. Y si lo tiras por el fregadero, estás cometiendo un pequeño crimen ambiental. Te explico.
No es tóxico, no va a matar peces como un vertido industrial, pero es un contaminante orgánico muy potente. ¿La razón? Tiene una altísima carga orgánica: muchas sustancias que, si se vierten directamente en el medio ambiente (agua o tierra), alimentan bacterias, que se reproducen sin control y consumen todo el oxígeno disponible. El resultado: ecosistemas acuáticos que se ahogan. Literalmente.
Este fenómeno se llama eutrofización, y convierte ríos o lagos en auténticas sopas verdes y sin vida. Además, el suero es muy ácido y con una alta concentración de nutrientes como fósforo y nitrógeno. Un combo no muy amigable para la naturaleza si se maneja mal.
¡No! Ni al retrete, ni al fregadero, ni a la basura sin más. Pero tampoco hace falta que empieces a almacenarlo en botellas como si fuera un tesoro maldito. Hay muchas formas de aprovecharlo de manera segura y, sorpresa, ¡saludable y sabrosa! En casa puede servir para cocina, huerto y hasta limpieza
Sólo en uno de estos productos NO se usa suero lácteo. ¿En cuál? pic.twitter.com/nqb1nT4LLC
— Gemma del Caño (@farmagemma) November 29, 2019
Vale, tú haces queso en casa y te sobra medio litro. Pero piensa en una quesería industrial: ahí se generan miles de litros de suero al día. Y no pueden simplemente tirarlo. ¿Qué hacen entonces? Se lleva a cabo la recuperación del suero: ciencia al servicio del medio ambiente
Primero, el suero se filtra y separa según sus componentes mediante las siguientes técnicas.
Así se convierte en un ingrediente valioso y reutilizable.
Lejos de ser un residuo, el suero pasa a ser materia prima en múltiples industrias.
#DíaMundialDelQueso
— Innovación agroalimentaria - JCyL (@ITACYL) March 27, 2023
En #ITACyL trabajamos en la revalorización del suero lácteo, mediante la incorporación de suero microparticulado en quesos de distinta consistencia y grado de maduración (coagulaciones lácticas, pastas blandas, quesos frescos, pastas prensadas)
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El suero lácteo es un ejemplo perfecto de cómo algo que parece “sobrante” puede tener muchísimo valor si sabemos aprovecharlo.
Sí, puede contaminar si lo tiramos sin pensar, pero también puede ser ingrediente, fertilizante, bebida, cosmético, fuente de energía y suplemento nutricional.
La otra opción es que te hagas un "zapatero a tus zapatos" y compres queso en una tienda, un acto de rebeldía, ya veis.