La situación de sequía extrema y de temperaturas por encima de la media conllevan a un castigo hacia el sector cerealista en España. Son muchos los cultivos que se ven afectados en cuanto a producción por condiciones incontrolables por el agricultor, como son la falta de precipitaciones y las temperaturas variantes en fases clave del cultivo.
Sin embargo, junto a la cereza, el cereal podría ser el sector más afectado en el territorio nacional, algo realmente preocupante y lleno de incertidumbre. Algunas provincias, como es el caso de Alicante, se han visto extremadamente afectadas, llegando incluso en algunas zonas a hablarse de hasta un 90% de pérdidas en la actual campaña.
El 90% de la cosecha de cereal de esta campaña en la provincia de Alicante se echa a perder por la sequía, según los datos de @ASAJAALICANTE https://t.co/IB1r9hrouM pic.twitter.com/9cDxYMiW1H
— AgroNews Comunitat Valenciana (@AgroNewsCV) April 9, 2024
El presidente de ASAJA (asociación agraria de jóvenes agricultores) de Alicante, asegura que “la situación es caótica”, ya que el problema no sólo es la pérdida de cosecha, si no que en muchos casos se está cultivando a pérdidas, algo realmente alarmante.
Para paliar tal efecto, agentes del sector agrario piden a las istraciones mayor incidencia de las ayudas por sequía hacia los cereales, ya que, de no ser así, el abandono de la tierra y de este cultivo emblemático será una realidad no muy lejana.
Las precipitaciones de la pasadas semanas no han sido suficientes para mejorar la situación del sector cerealista. Sí es cierto que han dado un ligero respiro en muchas zonas del territorio nacional, y han venido como “anillo al dedo” a ciertos cultivos, sin embargo, en muchas zonas de cereal las precipitaciones han sido insuficientes.
En Alicante, zona gravemente afectada por la sequía, se prevé una campaña aún peor que la pasada. Desde organizaciones agrarias aseguran que en la campaña pasada el cereal ya había enraizado, sin embargo, en la presente el suelo se encuentra mucho más seco y aún no se ha producido el enraizamiento. Algo similar ocurre en algunas zonas áridas del sur de España, donde las precipitaciones han sido irregulares y muy heterogéneas, lo cual agrava el problema a nivel nacional.
Las famosas ayudas de la comunidad europea, conocidas mediante la famosa PAC (política agraria común), vienen a equilibrar el bolsillo de los agricultores y ganaderos, y no se deben de entender como una simple limosna o un premio. De hecho, muchas de ellas son insuficientes, o lo que es peor, ilógicas.
Un claro ejemplo de ello es la obligación de cultivar ciertos terrenos aún a sabiendas de que por efectos meteorológicos o graves sequías las cosechas, de cereal por ejemplo, serán inviables. Así los productores trabajarán a pérdidas, todo ello debido a la supresión de la ayuda en caso de no cultivo, es decir, trabajar bajo la obligatoriedad de cultivar algo que está condenado al fracaso.
Ante las dificultades, siempre se busca la esperanza, y en ello se trabaja día tras día en el sector agroalimentario y rural. Son muchos los estudios e investigaciones que giran en torno a la productividad bajo efectos climáticos adversos, por tanto, el uso de nuevas variedades, la posible aceptación a nivel europeo de OGM (organismos modificados genéticamente), y la mejora en la eficiencia en el riego pueden dar soluciones importantes en la producción de alimentos a nivel mundial.